En 1994, Niños de Nueva Esperanza surgió como una misión guiada por el Padre Ángel Darío Carrero y los hermanos Franciscanos. A través de la experiencia espiritual y la integración de la asistencia social, este proceso de evangelización fue acogido en la comunidad de Sabana Seca. Tres hermanos Franciscanos ingresaron al sector de los bravos de la comunidad para ayudar a los niños comenzar a unificar esfuerzos con miembros de la comunidad y personas influyentes en el país para construir la organización que existe hoy.

Un sin fin de historias de éxito han sido el resultado de las oportunidades y recursos aquí en Niños de Nueva Esperanza. Este centro comunitario ha crecido y se ha fortalecido desde sus inicios y pretende seguir impactando positivamente la vida de los participantes, voluntarios y personal a través de la esperanza y el amor.

El proyecto ha crecido enormemente desde sus inicios, especialmente en la diversidad de servicios y talleres de trabajo. Hemos tenido un aumento de profesionales, un aumento de inversores y un aumento de las propuestas.

La chiringa es un símbolo especial para los niños y la comunidad de Niños Nueva Esperanza. La chiringa simboliza los éxitos y las dificultades que todos enfrentamos como seres humanos. Podemos caer, pero aprendemos a levantarnos de nuevo. El papalote se eleva hacia el cielo para que podamos mirarnos a nosotros mismos como capaces de alcanzar nuestros sueños y levantándose de los desafíos.

Los hermanos franciscanos quien empezaron NNE presentaron chiringa a los primeros participantes del centro como una actividad divertida.