PADRE ÁNGEL DARÍO

El Padre Ángel Darío fue uno de los principales impulsores de un intenso proceso de inmersión en la comunidad que comenzó a mediados de la década de 1990 y que fue creciendo con el apoyo de la propia comunidad.

  • Ángel Darío Carrero Morales nació en Nueva York y luego vivió con sus padres en Rincón, un pueblo de Puerto Rico donde comenzó a surgir su pasión por leer y escribir poemas. Formó parte de la orden Franciscana y inició su reclutamiento en la casa de formación en Sabana Seca, Toa Baja. Luego estudió en México, España y Alemania y más tarde fue ordenado sacerdote. Fue párroco de este barrio familiar y comenzó su entrenamiento.

    El Padre Ángel Darío fue uno de los principales impulsores de un intenso proceso de inmersión en la comunidad que comenzó a mediados de la década de 1990 y que fue creciendo con el apoyo de la propia comunidad. Artistas locales y profesionales de varias disciplinas donaron su tiempo y talento para dar el perfil a lo que hoy conocemos como Proyecto Infantil Nueva Esperanza.

    Un momento crucial de este recorrido fue el rescate del edificio que alberga el proyecto y que actualmente se conoce como Casa Esperanza. Casa Esperanza se ha convertido en un espacio de encuentro para la comunidad que ha desarrollado proyectos enfocados en el desarrollo infantil y el mejoramiento comunitario de Sabana Seca.

  • El Padre Darío continuó su crecimiento y siguió su vocación como poeta convirtiéndose en uno de los más destacados escritores de la generación del ochenta del Caribe. Su primer poemario fue Llama del agua, publicado en 2001 con prólogo de Luce López Baralt; en el 2008 publica su segunda obra poética Perseguido por la luz; ambos aclamados y celebrados por el público y la crítica especializada. También, coordinó la edición crítica del Canto de la locura, del poeta Francisco Matos Paoli (2005). Fue co-guionista, junto a Ivonne Belén, del documental cinematográfico Julia, toda en mí (2002). Editó junto a la escritora Mayra Santos Febres, la antología de relatos En el ojo del huracán (2011). Editó y formó parte junto a Luis Rafael Sánchez, Mayra Montero, Ana Lydia Vega, Edgardo Rodríguez Juliá y Magali García Ramis, del libro de ensayos periodísticos País nuestro: Crónicas puertorriqueñas de actualidad (2012). Sus textos sirvieron de base para la exposición El lenguaje de los pájaros de los artistas abstractos radicados en Nueva York, Ivelisse Jiménez y Fernando Colón (Museo de Arte Contemporáneo, 2008). La artista del libro Consuelo Gotay se basó en sus poemas para su trabajo: Para que sepas (2011). Su poesía ha sido musicalizada e interpretada por cantantes como Nydia Caro, Danny Rivera y Tony Croatto.

    Su otra pasión fue la reflexión teológica. Fue teólogo residente de la Escuela Graduada de teología de la Universidad Central de Bayamón. Publicó varios ensayos teológicos. Fue columnista habitual y miembro de la junta editorial del principal periódico puertorriqueño El Nuevo Día. Además, en reconocimiento a su labor artística, de gestión cultural y de trabajo comunitario, fue llamado por el entonces gobernador de Puerto Rico Alejandro García Padilla, para dirigir la Comisión para el Desarrollo Cultural de Puerto Rico (CODECU).

    Pero más allá de todos sus logros, Padre Darío fue un hombre que amó a su país, hasta su último día y ahora desde la eternidad.